He madrugado más de lo habitual y me ha encantado escuchar la energía con la que los comunicadores de los principales programas de radio -y sus equipos- abordan a las seis de la mañana las noticias del día. A las seis en punto, Francino, Lucas, Madero, etc... entran como un cañón (alguno deja el micro un rato para volver a entrar como un tiro a las siete). Pero ahí están. Como ha ocurrido desde que la radio existe. Bueno, desde que la democracia acabó con el "Diario hablado" de Radio Nacional.
Me ha recordado la época en que yo madrugaba, en la SER, al prinicipio de mi carrera -y después, durante la temporada en que hice "El primero de la mañana" en Antena 3 Radio. Estar fresco de madrugada para contar historias con la voz clara y sin equivocaciones es todo un reto. Toda una experiencia.
España se despierta, incluso un viernes, con gente muy dinámica ante los mnicrófonos. Un buen ejemplo. Como decía Lucas, "a por el día..."
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