sábado, 8 de marzo de 2008

REFLEXIÓN Y LUTO (3)

Claro que, mientras miles de vecinos de Mondragón y otras muchas personas venidas de fuera, todos con el dolor esculpido en los rostros, daban su último adiós a Isaías Carrasco, otros vecinos seguían con su vida cotidiana. Bares abiertos, comercios abiertos... y algunas sonrisas cobardes escondidas tras las cortinas de las ventanas.
"Todos somos Isaías", dice un cartel. Bueno, todos no. En Mondragón conviven dos almas. Rescato aquí la observación de Manu Marlasca en su blog (enlace a la derecha) sobre el "territorio comanche" en que vivía la última víctima del terrorismo:

Mondragón es un territorio plagado de chivatos de ETA, de esa gentuza que avisa cuando un concejal se queda sin escolta o de dónde están las viviendas de los policías o los guardias civiles que viven allí. Isaías ha sido víctima de los matarifes de ETA y de sus chivatos. Y esos no suelen acabar entre rejas.

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