viernes, 14 de noviembre de 2008

ENTRETENIDO ESTRENO DE VAREKAI

Se ha estrenado esta noche en Madrid "Varekai", un espectáculo de Cirque du Soleil (2002) inspirado, según sus promotores, en una relectura del mito de Ícaro que pretende destacar el coraje de las personas para llegar donde se propongan. Aunque técnicamente ha estado desigual (impresionantes acrobacias se han combinado con media docena de fallos demasiado visibles), la verdad es que me ha gustado.

La imagen de arriba es el anverso de la entrada,y éste es el reverso: Sección 101, Fila BB, Asiento 2: ¡una entrada de lujo, a dos metros del escenario!. Los acróbatas han volado por encima de mi cabeza varias veces.



Aquí, a la derecha, un detalle de la carpa del Grand Chapiteau instalado en la Casa de Campo de Madrid, sobre la que se proyectaban luces y letras... Por ser el primer día, han invitado a palomitas y Pepsi.

Como en montajes anteriores, la compañía logra un conjunto muy armónico a base de una acertada mezcla de risa y asombro, de fuerza y belleza... "Varekai" (dondequiera que en lengua romaní)traslada al espectador a un bosque mágico lleno de criaturas fantásticas, que sirve com escenario para bellas coreografías y números absolutamente sorprendentes (sobre todo los que se desarrollan a unos cuantos metros de altura, una de las especialidades del Circo del Sol. Destaco a la magnífica contorsionista del elenco y a un artista no precisamente "minusválido", aunque se mueva con muletas por el escenario. Un Ícaro sin alas que transmite la idea de que no hay nada imposible.

Tan entretenido como lo que ocurría en el escenario ha sido el habitual trasiego de caras conocidas por el hall, donde se vendían artículos de merchandising a precios como los de los Campos Elíseos o la Quinta Avenida. Ministros del Gobierno y actores de series españolas formaban parte del apartado vip del estreno, junto a algún que otro torero y a la sempiterna Trinidad Jiménez. Claro que, puestos a nombrar personas con el don de la ubicuidad, nadie supera a Ramón Calderón. Como en los viejos chistes, ¿cuál es el colmo de alguien que asiste a un acto en Madrid? ¡Encontrarse a Ramón Calderón! Se ha sentado junto detrás de mí. He aguzado el oído por si desvelaba algún fichaje, pero no ha habido suerte. Y he estado a punto de espetarle: ¡esto es espectáculo, presidente, y no lo que vemos en el Bernabéu!.

Y antes de irme... la gorra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Calderón está hasta en la sopa. ¡Qué pereza!