Llevo toda la semana sorprendido con la noticia de que en una clínica de Barcelona hay psiquiatras que dicen "curar la homosexualidad". Ahora mismo veo en "Espejo Público" de Antena 3 un llamativo titular que avanza una entrevista posterior: "Soy homosexual, no soy un enfermo".
Parece como si se hubiera detenido el tiempo a finales de los años 60. O peor, como si los fantasmas del pasado hubiesen regresado. Hace años, en España, muchos médicos y psiquiatras -también en Barcelona, qué casualidad- atendían a homosexuales que llegaban a sus consultas angustiados, preocupados, a veces obligados por sus padres.
En aquel momento se les aplicaban "terapias" de todo tipo, que en algunos casos perjudicaban, más que beneficiaban, a los supuestos "pacientes". Muchas de aquellas terribles experiencias aparecen en mi libro "El látigo y la pluma".
Ahora, se repite la historia. La Administración catalana dice que va a intervenir, pero... ¿quién interviene sobre el cerebro de los médicos, psicólogos y psiquiatras que aún creen que la homosexualidad es una enfermedad?
1 comentario:
Es denigrante que todavía existan supuestos psiquiatras profesionales, por llamarlos de algún modo, que difundan a la sociedad el mensaje de que la homosexualidad es una enfermedad. Los que deberían acudir a verdaderos profesionales serían ellos mismos y los parientes de homosexuales que no tengan ningún tipo de escrúpulos en acudir a esa clínica. Cuando se piensa en los posibles tratamientos que llevarán a cabo esas personas produce temor. La homosexualidad no es ninguna enfermedad, la homofobia si. Me gustaría agradecerle además el trabajo que realizó con "El latigo y la Pluma", partes de su libro me sirvieron para tratar en un aula con alumnos y alumnas el acoso y la persecución que se vivió durante la dictadura franquista. Un saludo.
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