lunes, 14 de junio de 2010

VUVUZELAS

"Estoy de las vuvuzelas hasta... ahí mismo", branma en antena uno de los comunicadores de la radio matinal española durante el bloque informativo dedicado al Mundial de Sudáfrica. Me sorprende (bueno, en el fondo no tanto) esta expresión que no sólo es malsonante e irrespetuosa con el oyente (¿tan complicado es identificar la línea que separa lo coloquial de lo chabacano?).

Creo que también transmite un carácter, una manera de ver la vida, una forma de situarse frente a la realidad, por parte del locutor. ¿Pretende el afamado periodista lanzar algún mensaje subliminal en relación a Sudáfrica, al fútbol, a la pasión africana -y mundial- por el fútbol, al uso legal y legítimo de instrumentos y artilugios de todo tipo para animar a una selección nacional?

Ahora resulta que las trompetas de plástico (que, por cierto, imitan el barritar de un elefante o -amplificado- el zumbido de una abeja) fastidian a un profesional de la radio, que debería valorar cada sonido que produce el mundo.

Una lástima. Cuando el equipo de sus amores logra el éxito deportivo, presume de ello. Pero las vuvuzelas le tocan las...

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