lunes, 11 de agosto de 2008

JUEGOS OLÍMPICOS (11): EL DOPAJE DE MORENO FASTIDIÓ LA FELIZ ESTANCIA DE LOS DIRECTIVOS ESPAÑOLES EN PEKIN

Tan felices estaban Jaime Lissavetzky, Alejandro Blanco y compañía disfrutando como enanos de los Juegos de Pekín(ah, no, están trabajando), que hoy se han encontrado con el marronazo del dopaje de Maribel Moreno. Vaya mala cara que tenían en la rueda de prensa. Dando explicaciones a estas alturas. Hoy todo han sido balones fuera, palabras y promesas grandilocuentes ("España lucha contra el dopaje como ningún país en el mundo","que diga quién le ha dado la sustancia que iremos a por él"), pero resulta que la hasta ahora deportista les ha colado un gol parecido al que Maradona marcó con la mano (la mano de Dios, se dijo). Siendo cierto que finalmente es una decisión individual, algo ha tenido que fallar en el sistema de controles de la delegación española, especialmente en los responsables del grupo de ciclistas. Casualmente, los demás casos de dopaje de este año tambien han sido ciclistas. Y además de los controles, la psicología: una personalidad falsificada durante unos días, que ha colado como coló el disfraz de Karadzic durante quince años.
Así que Lissavetzky, Blanco y compañía deben estar jod... Pero bueno, jod... pero contentos, claro, porque allí seguirán unos días chupando cámara, fotografiándose con los medallistas y poniéndoles el móvil en la oreja de los deportistas si Juan Carlos I o Zapatero quieren hablar con ellos. Ahora, más que nunca, necesitan como locos una medalla. ¡Aunque sea otra de bronce, en esgrima, en judo, en lo que sea, por Dios, una "chapa" -dirán, seguro-, que somos españoles y tenemos que mantener el tipo -ante el Rey, ante Zapatero, ante Rogge...!

Mientras los directivos tratan de conciliar el sueño tras semejante disgusto, me imagino a la "desaparecida" Maribel Moreno, engullida por el silencio y la vergüenza.
Y me la imagino frente a la, llamémosle, pastilla, pensando si la ingiere o no la ingiere, si se arriesga o no se arriesga, si echa o no su vida a perder. Ingenua, atrevida, desquiciada, equivocada... quién sabe qué pasó por su cabeza aquel día no tan lejano en que se arriesgó, con resultado fatal. Acaso pensaba que "a ella" no la pillarían. Acaso pensaba que con EPO en la sangre ganaría el oro olímpico. Pobre Maribel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se lo que está pasando en el ciclismo y en el deporte en general que los tramposos están ganando la partido. Son cada vez más frecuntes los casos de dopaje en el ciclismo y nadie hace nada al respecto. La operación puerto un fiasco en donde todo se archivó. Los ciclistas, sus equipos, sus médicos y los cómplices que ayudan a los tramposos estan ensuciando todo esto.
Quizás debería de pensarse en actuar más contundentemente como se hace en Francia.
Un saludo.