Un espectáculo memorable. 118-107. España ha perdido con Estados Unidos, pero para mí siempre será una victoria. La plata olímpica es oro. Lástima ese 91-89, cuando estuvimos a punto de igualar el encuentro.
Pero esta selección ha demostrado una calidad y una grandeza que será muy difícil volver a ver. Hemos perdido como valientes. Con cinco norteamericanos y tres árbitros enfrente en la cancha. En unos Juegos Olímpicos, las reglas han de ser iguales para todos. De perogrullo, ¿no? Pues en el caso del equipo de baloncesto de Estados Unidos, no ocurre.
Estaba claro que no íbamos a perder por 37, pero el esfuerzo del equipo de Aito García Reneses ha superado con mucho lo que esperábamos. Fueron capaces de hacernos soñar con el oro, aunque fuera por un momento.
Creímos en el milagro. Bryant, James, Howard, Wade, Anthony y compañía sintieron nuestro aliento en la nuca. El mejor ejemplo, cuando Bryant mandó callar. Qué preocupado estaba.
Ha sido un espectáculo deportivo extraordinario. Fuegos artificiales, como ha dicho Miguel Ángel Paniagua en la Cadena SER.
Plata de ley para España. Como en Los Angeles'84. No pasarán otros veinticuatro años.
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