Con frecuencia me preguntan, en entrevistas sobre mi libro "El látigo y la pluma" medios o al final de mesas redondas o cursos en los que participo, qué queda de la homofobia que caracterizó a la dictadura franquista. Siempre contesto que, aunque se ha logrado la igualdad legal, está aún pendiente la igualdad social, y suelo alertar sobre los preocupantes episodios que se registran, por ejemplo, en institutos de secundaria.
Pues bien, si vamos más allá, la asignatura pendiente es, efectivamente, la IGUALDAD, pero no sólo entre heteros y homos, sino entre hombres y mujeres. Leo hoy en EL PAIS que un estudio del Instituto de la Juventud revela que las ideas machistas persisten entre adolescentes y veinteañeros. Uno de cada jóvenes españoles cinco sigue pensando que el modelo ideal de familia es aquél en el que la mujer trabaje menos horas, o no trabaje, para hacerse cargo de la casa y de los hijos. Uno de cada tres afirma que lo que las mujeres quieren es crear un hogar y criar niños.
Un colectivo educado en la igualdad y que ya vive y disfruta del catálogo de políticas destinadas a equiparar en derechos a hombres y mujeres no termina de rechazar los roles tradicionales.
Erick Pescador, un sociólogo y sexólogo a quien se recurre mucho ahora en los medios porque esespecialista en prevención de violencia y actitudes sexistas dice: "El mensaje de igualdad ha llegado plenamente a la sociedad. El problema está en que no basta cambiar las ideas sino también los comportamientos. Las chicas lo han hecho, han transformado su discurso y sus actitudes, pero los varones no".
EL PAIS también incluye la opinión de la filósofa experta en temas de igualdad Alicia Miyares: "...en una sociedad cada vez más igualitaria lo curioso es que a través de los medios de comunicación, sobre todo a través de ciertos programas de televisión, se está haciendo una presentación de los sexos absolutamente estereotipada. Aún sin ser conscientes del todo copian esos comportamientos y se los echan a la espalda y eso está funcionando como freno para que haya un cambio de actitudes real".
La falta de un espejo igualitario, las insuficientes actividades educativas generalizadas encaminadas a la equiparación de derechos y el mensaje lanzado desde algunos medios de comunicación influyen decisivamente en la percepción de los jóvenes.
Tiene Vd, señor@ ministr@ Aid@, bastante trabajo por delante, como para ponerse a frivolizar con el lenguaje, ¿no?
1 comentario:
Solamente decir que esta ministra no ha entendido nada de las perspectivas de género, se ha quedado con el maquillaje del asunto. Y el lenguaje es importante, la exclusión u omisión de género es machismo, pero no puedes plantear una labor de ministerio quedándote en la función del lenguaje. Debiera ir más allá y realizar políticas transversales de igualdad, que no se queden en la paridad, ni en la discriminación positiva, debería ahondar en la educación (de forma más fuerte), en la sensibilización, en la penalización de la discriminación por cuestión de género y sobre todo en algo tan crucial como la violencia machista desarrollar programas que no se queden en los efectista, que una mujer puede rehacer su vida sin tener que tener puesto el ojo en que aquel que la pegaba pueda volver. Yo creo que ahí va su labor y eso daría sentido a su ministerio, pero me temo que se quedará en un ministerio con grandes expectativas, pero tan inútil como el de vivienda.
Iremos viendo.
Un saludo
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