Con el primer partido de cuartos de final ha llegado, al fin, el auténtico sabor a Mundial en Sudáfrica 2010. Hasta ahora, salvo en algún partido aislado, no se habían vivido momentos realmente históricos. El de esta tarde ha alcanzado esa categoría.
La eliminación de Brasil por Holanda demuestra que todo es posible en el fútbol, que todo es posible en un Mundial, que la prepotencia nunca es buena consejera, ni en la vida ni en el deporte. El equipo oranje, capitaneado por Sneijder, ha hecho su partido y ha pasado con justicia a semifinales. Porque los partidos duran noventa minutos y nunca deben darse por ganados o por perdidos antes de tiempo.
También es una lección para quienes ejercen el periodismo. Carlos Martínez, que siempre da un tono épico a sus retransmisiones en Canal Plus y Cuatro, ha leído con agudeza y ecuanimidad las cosas que estaban pasando en el césped, sin ahorrar críticas a Brasil por "dormirse en los laureles". Sin embargo, al final del partido, mientras Kaká se llevaba las manos a la cabeza, mientras Lucio y compañía ponian cara de incrédulos (¿cómo nos puede pasar esto a nosotros, que somos brasileiros?), el comentarista Julio Maldonado seguía insistiendo: "para mí, es una sorpresa..."
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