Siempre he defendido la necesidad urgente de fomentar el respeto hacia las personas LGTB desde los primeros años de vida de los futuros ciudadanos españoles, es decir, en el sistema educativo, en los colegios.
Los episodios de homofobia, de acoso y de sufrimiento que me cuentan quienes trabajan en centro escolares de primaria y secundaria son fuertes, muy fuertes. Son la herencia de aquella "mala educación" que sufrimos durante la dictadura franquista, ésa que retrató Almodóvar en una de sus películas y que yo abordé en "El látigo y la pluma". Es urgente trabajar para concienciar a la comunidad educativa de la necesidad de defender la diversidad afectivo-sexual y erradicar el acoso escolar LGTBfóbico.
Por eso, considero un acierto que “Escuela sin armarios” sea el lema de la manifestación estatal del Orgullo LGTB 2009. Hay, efectivamente, mucho por hacer.
Sobre esta cuestión hablaré el jueves en Santander (Obra Social de Caja Cantabria), invitado por ALEGA, la asociación que organizará los próximos Encuentros Estatales LGTB en 2010.
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