sábado, 1 de mayo de 2010

LA CRUZ DEL VALLE DE LOS CAÍDOS

Hojeando el libro "La posguerra española", de Antonio Sánchez y Pilar Huertas, me han sorprendido dos curiosas fotos de la explanada y la cruz monumental del Valle de los Caídos.
Durante el tiempo de elaboración de mi libro "El Valle de los Caídos. Una memoria de España" manejé muchas fotos de los veinte años de obras, pero éstas no las había visto.

La primera corresponde a una visita de arquitectos durante la primera fase de las obras de construcción de la cruz (en torno a 1952-1953), cuando ya se llevan doce años de trabajos. Si te fijas un poco, la exedra no es la definitiva, sino la que ordenó hacer en un principio Pedro Muguruza (posteriormente, los arcos fueron abiertos por orden de Diego Méndez hasta lograr su aspecto actual. También vemos una caseta de obra junto al acceso a la basilica.

Ésta de la base de la cruz es parecida a otras que vi en su momento. Por supuesto, aún no están instaladas las esculturas de los cuatro Evangelistas, obra de Juan de Ávalos. En ninguna de las dos fotos está la Piedad, esa escultura que ahora se ha desmontado. En la parte alta de la cruz puede intuirse la técnica de edificación (desde dentro) que se utilizó para lograr elevarla hasta los 150 metros de altura máxima desde el basamento.
Tardaron unos cuantos años más en finalizar la construcción del monumento emblemático de la dictadura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Batiendo negras alas aceradas
la bruja Aguirre llega al aquelarre:
flotando en una ciénaga de sangre
la esperan sus siniestros camaradas.

Hediondo Franco y pútreo José Antonio
reciben el tributo de Esperanza:
el beso que en el ano sin tardanza
les debe dar la esclava del demonio.

"Buen trabajo nos haces allí arriba
defendiendo la causa del franquismo,
con descaro, con labia vomitoria.

"El premio lograrás que te incentiva:
tu sitio a nuestro lado en el abismo
infame ocuparás para la historia.