He asistido hoy a un acto organizado por la Oficina de la Representación de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo en España para recordar el vigésimo aniversario de la caída del telón de acero. Con una cierta antelación respecto al símbolo por antonomasia (la caída del muro de Berlín fue el 9 de noviembre de 1989), pero el acto tenía otro objetivo: recordar que aquél fue el año en que se produjeron los cambios más profundos en el viejo continente. El año en que la democracia y la libertad se abrieron camino en los países del Este día a día, mes a mes. El año del definitivo cambio de rumbo en sus vidas. El año que estremeció a Europa y al mundo.
La cita de hoy tenía aspecto de aburrido acto institucional, con la presencia de representantes de la Comisión y del Parlamento y del Cuerpo Diplomático (Hungría, Rumanía, Alemania, República Checa, Polonia). Pero ha tenido muchos momentos bonitos. La evocación que ha hecho, por ejemplo, el Embajador de Polonia ha sido realmente emotiva. Sólo conociendo mejor a nuestros vecinos y ahora socios, escuchándolos, podemos hacernos una idea de lo que significó 1989 en sus vidas.
Durante el acto se ha presentado el número de Intramuros titulado "20 años sin el telón de acero en Europa". La revista dirigida por Beltrán Gambier reúne un puñado de artículos realmente valiosos sobre lo que significó aquel cambio en la vida de millones de personas. Por cierto, en la portada aparece una fotografía de Károly Matusz tomada en Sopron el 2 de mayo de 1989, en la que un soldado corta una alambrada con unas tenazas. Toda una declaración de intenciones. Recomiendo, una vez más, la lectura de esta revista, bien concebida y mejor realizada.
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