"Retenciones", "tráfico intenso pero fluido", "nivel amarillo, tráfico lento con paradas". Eufemismos en los medios y en la información de la DGT, que ha vuelto a fracasar en la gestión de una gigantesca operación de tráfico. Muy atentos a los muertos, a las estadísticas, mucho radar y mucha campaña, pero cientos de miles de conductores han vuelto a sufrir nervios e impaciencia durante horas al volante, desesperados y desamparados. Como muestra, Bailén-Madrid: km 300, carril adicional poco usado que evita el cuello de botella... y genera otro mayor treinta kilómetros más allá. En La Carolina, punto muerto. Parados en plena autovía. ¿Un radar, un accidente?. Nada. Antes de Despeñaperros, parados otra vez. Un guardia solitario da paso en el arcén, pero no ha habido incidencia alguna. Parados en el km. 250. Parados, lo que se dice parados. En Valdepeñas, en Manzanares... En el km. 190, y en el 180, y en el 170. Algunos conductores, parados, llegan a quitar el contacto para no sufrir pensando en el consumo de gasolina. Más paradas... "retenciones", las llaman. 150 kilómetros... en tres horas. La misma patética situación hasta Madrid. Ninguna solución, ningún carril adicional, ninguna ayuda, ninguna vía alternativa, salvo la autovía de Toledo...
El domingo de Resurrección, el vía crucis continuaba...
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