Una latinoamericana con gafas oscuras lee atentamente unos papeles en el vagón del Metro. No son papeles sueltos, van grapados de manera irregular, de tal manera que forman una especie de cuadernillo. Está bastante arrugado, con señales de bastate uso. Cuando quedab libre el asiento de al lado, me siento para ver más de cerca qué es eso que atrae tanto la atención de la señora.
El texto está subrayado, punteado, con flechas. Incluso tiene anotaciones al margen, como si de cada apartado la lectora hubiese hecho una síntesis que hiciese más comprensivo el contenido.
El cuadernillo es... la Constitución Española.
4 comentarios:
bonito, fer
Una misma España. Cualquier detalle que nos lleva hacia la integración es bonito. Hoy en el Inem todos éramos iguales esperando en la cola de prestaciones desde las 5 de la mañana, mezclados profesores en paro, marroquíes y subsaharianos quizá apeados de la construcción, trabajadoras de la limpieza y cuidadoras de comedores escolares temporalmente fuera de juego, chicas y mujeres de punta en blanco con tacones de 8 centímetros y moreno intenso, ¿¡paradas?! también (aunque la minoría), mujeres latinoamericanas a menudo con bebés en brazos, también para solicitar paro, muchos, muchas, hombres y mujeres, de cualquier edad, procedencia, color... todos pasando frío, compartiendo horas de espera y malestar y bromas también hasta las 9, guardándonos el sitio unos a otros turnándonos para ir a tomar un café, prestándonos mantas o sillas... Todos la misma España, viendo pasar a las funcionarias parsimoniosamente tiesas, como si nada, a su hora habitual. Daban ganas de ponerse a charlar con ese chaval negro de mirada entre angustiada/desesperanzada/resignada/y también con cierto aire de incredulidad, o con ese hombre marroquí de cuarentaytantos, sereno, impasible, esperando, esperando, o con la chica colombiana que lleva horas esperando con el bebé en brazos, demandando ayuda, atención, ánimo... Como todos, vulnerables y frágiles por igual ante la situación económica. Somos la misma España pienso a veces
Algún día se debería hacer algún reportaje en esa cola del INEM, en Villalba. ¿Qué está pasando, cómo se puede permitir que la gente haga cola desde las 4 o 5 de la mañana, para entrar a las 9, y que a las 9 y 15 ya no queden números para prestaciones? Los periodistas deberíais haceros eco de esa situación, Telemadrid o los que correspondan.
Inquietud...
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