Un acontecimiento único y probablemente irrepetible. Lo de hoy en Madrid supera con mucho cualquier celebración previa, y no creo que lo supere nada.
El fútbol ha unido a España, y hemos celebrado como nunca una victoria deportiva que es la victoria de un grupo de jóvenes deportistas guiados por un perro viejo del balompié.
Y si en la Eurocopa dieron espectáculo con el balón en los pies, hoy han demostrado su categoría humana, su desparpajo de ganadores, su soltura sin complejos ni malos rollos ni lastres de la historia, su atrevimiento para encandilar a base de naturalidad a España entera. Pepe Reina ha sido la muestra evidente, por extrovertido, pero el comportamiento de otros más discretos, como Andrés Palop -si es que ha habido algún futbolista discreto esta tarde- también ha sido ejemplar.
Nos vamos a la cama felices. Muchas gracias, deportistas.
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