Han venido a España (subían por primera vez a un avión) diez de los ciento cincuenta niños de la escuela, en la que estudian percusión, baile y canto. Se les veía contentos. Visitaron los carnavales de Cádiz y Calatayud, donde pasaron bastante frío, salvado con el calor y la alegría del pueblo español.
A mi hija Moira le ha encantado el espectáculo. Ha bailado, ha dado palmas, ha seguido el ritmo como si fuera brasileira. Porque tiene algo de brasileira...
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