Enrique Miret Magdalena, hoy en EL PAÍS, recuerda a los curas, seglares y militares católicos que fueron asesinados por mantener su lealtad al orden legal republicano, y dice, en relación al significado de la beatificación de ayer en El Vaticano:
"Una vez más, la jerarquía eclesiástica se olvida de su manifestación de fe vital en la vida corriente, y se fija en cambio en una piedad empalagosa que más bien aparta de la verdadera fe, poque no atrae hacia en Evangelio sencillo de la vida. Es un error tanta beatificación clamorosa como la de esos 498 beatos que poco o nada dicen al cristiano que sigue la vida corriente con responsabilidad y sin alharacas. Esos flamantes beatos no aportan nada de particular para lo importante: llevar una vida responsable de todos los días de la semana, que es lo que pide el Evangelio."
2 comentarios:
Es una pena, que después de lo que sufrieron estas personas, gente de su misma Iglesia lo utilicen de manera política para nada... lo que me ha sorprendido de todo esto, es que, aunque sea por seguir una tradición, no haya sido el Papa quien los beatificara, alguno de los familiares se han sentido ninguneados seguro. Y otra cosa, curiosa es que las diócesis de Madrid y Toledo, repicaran las campanas.. pero ¿y en el resto de España por qué no? Suena raro. Por quién doblan las campanas...
Gracias, Alfonso. la verdad es que es un asunto en el que la mayoría de las personas se comportan más con la emoción antigua o antigua renovada que un mínimo de sosiego intelectual. De todas formas, no olvidemos el mensaje subliminal contra los nuevos modelos de familia que alguien introdujo un su alocución de ayer en San Pedro.
¿Por quién doblan las campanas... también hoy?
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