Y Felipe ganó. 202 diputados. A esta hora, un día como hoy de hace 25 años, se cerraban los colegios electorales y se iniciaba el recuento... pero alguien ya tenía la certidumbre de que el PSOE iba a arrasar: Alfonso Guerra, que dio los resultados "clavados" antes que compareciese el Ministro del Interior. Juan José Rosón, por cierto, ofrecía poco después... esos mismos datos -facilitados por el propio Guerra-, porque se había caído el "sistema informático" de entonces. Hubo mucha fiesta, pero el futuro Presidente del Gobierno estuvo contenido. Felipe dijo: "estamos dispuestos y preparados para asumir la responsabilidad que el pueblo español nos ha confiado (...) Ningún ciudadano debe sentirse ajeno a la hermosa labor de modernización, de progreso y de solidaridad que hemos de realizar entre todos". Este fin de semana, los medios colocan el foco sobre el Hotel Palace, sobre esa ventana que nos dejó una imagen que ya se convirtió en icono de la transición, y sobre esa habitación 101 en la que Felipe ha concedido alguna de las numerosas entrevistas de estos días.
Nadie ha mencionado hoy un detalle que hizo aquel día especial. ¡Ya no había careteles electorales en las calles!. Se habían retirado y había comenzado la instalación de los carteles de bienvenida a Juan Pablo II, que pocos días después iba realizar su primera visita a España.
Pocos han recordado que había una gran fiesta en las calles de Madrid. Por ejemplo, en la Plaza Mayor de Madrid, donde se había instalado un escenario por el que pasaron artistas que amenizaron una noche inolvidable. La gente se abrazaba a los agentes de policía y adornaba los alrededores del Congreso con posters y banderas socialistas..
Una noche de entusiasmo ciudadano que reconstruyo en mi novela "Contraseñas íntimas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario