Dos ejemplos de las últimas horas ponen en tela de juicio la limpieza del deporte de élite. Cuando entran en juego los intereses económicos y las vanidades personales, el ser humano es capaz de hacer cualquier cosa.
Hace unas horas, la "reina de Sydney" Marion Jones reconocía haberse dopado antes de los Juegos Olímpicos de 2000. Los traumas infantiles, las malas compañías y la posibilidad de ganar dinero y gloria arriesgando "un poquito" formaron un cóctel explosivo que deja a la norteamericana a la altura del betún. Con 32 años dice que tiene 2.000 dólares en el banco... aparte de su finca en Tejas, claro. ¿Próximos trabajos? ¿Cajera de supermercado? ¿Limpiacristales en un semáforo? ¿Chica de la limpieza en casa de Ben Johnson?
Del ciclismo, ya ni hablamos...
Claro, que hay otros "fraudes", no precisamente derivados del uso de EPO. ¿Fórmula 1? Ay, qué penita la Fórmula 1, cómo han adulterado la competición este año... y no es pasión de español porque Alonso vaya a quedarse sin Mundial. Hoy, contra pronóstico porque no era el favorito a tenor de lo visto en los entrenamientos, Hamilton ha hecho pole y Alonso ha sido cuarto. El español no puede más: explotó al término de la clasificación y cargó duramente contra McLaren. "Tengo cero confianza en el equipo", afirmó tras lograr la cuarta plaza en la parrilla a pesar de haber sido más rápido que Hamilton durante todo el fin de semana. ¿Qué habrá pasado en McLaren? ¿Favorecer a Hamilton en perjuicio de Alonso, en un día clave, se llama?
El piloto español también se refirió al escándalo de la maniobra de su compañero durante el GP de Japón: "esto es de risa. Se inventan un reglamento cada día". Todos los pilotos creen que debería haber sido sancionado.
Hamilton ha tenido talento, fortuna y... ¿se dice "ayuda"?
No hay comentarios:
Publicar un comentario