En una tertulia radiofónica que enfoca los temas de actualidad desde una posición radical dudaban esta mañana de la peligrosidad del grupo de presuntos terroristas islamistas detenidos en Barcelona, asociaban de modo velado la intervención policial a la proximidad de la campaña y acusaban al gobierno catalán de hacer la vista gorda con determinados colectivos de inmigrantes -paquistaníes, por ejemplo-, porque, según un tertuliano, aprenden el catalán directamente, sin aprender castellano, mientras que los latinoamericanos son más hostiles a hacer ese esfuerzo lingüístico. Una vez más, me asustan estos planteamientos en boca de personas que tienen el privilegio de hablar a través de un medio nacional.
Lo cierto es que tres de los islamistas detenidos en Barcelona iban a cometer atentados suicidas en transportes de Barcelona el pasado fin de semana. Los presuntos suicidas llegaron a la Ciudad Condal, procedentes de Pakistán, entre octubre y enero. El grupo tenía como base ideológica una versión rigurosa del Islam que justifica el uso indiscriminado de la violencia como herramienta lícita para lograr sus objetivos político religiosos. Estaban a punto de conseguir plena capacidad técnica en la fabricación de artefactos explosivos.
Si les parece poco a los señores tertulianos...
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