Estoy leyendo "Un día de cólera", el último libro de Arturo Pérez-Reverte, y la verdad es que me está gustando bastante. La acción arranca al amanecer del 2 de mayo de 1808: un día que nace aparentemente tranquilo para franceses y españoles residentes en Madrid. El escritor reconstruye con eficacia la atmósfera de tensión, la extraña convivencia, los rumores, la incertidumbre por el momento histórico que vive España... antes de desangrarse.
¡Que nos lo llevan!, grita la multitud a media mañana al ver cómo los soldados franceses tratan de sacar del Palacio Real dos coches: uno con la reina de Etruria y otro que el gentío cree destinado al infante Francisco de Paula. Un batallón de granaderos de la Guardia Imperial dispara, se inicia el levantamiento popular, la ciudad arde por los cuatro costados (incendio popular al grito de "a por los gabachos"), los franceses responden y comienza a correr la sangre.Aún no he llegado la carga de los mamelucos que pintó Goya, pero a la altura de la página 100 donde me encuentro, ya han muerto bastantes franceses y españoles. Y no estamos aún ni en el mediodía.
Recorrer el centro histórico de Madrid tranquilamente, después de haber leído unas cuantas páginas, es una experiencia vibrante. Al pasear por los escenarios que describe, en la cabeza me retumbaban los gritos de los madrileños, los cascos de los caballos de los soldados de Murat, el silbido de las balas sobre mi cabeza, el silencio de los muertos yaciendo en las esquinas.
Pérez-Reverte sitúa a los personajes en lugares de nombres evocadores, como el palacio Grimaldi, y en calles y plazas cuyos nombres, por supuesto, se mantienen hoy día (por ejemplo, la plaza Conde de Barajas, que ofrecía hoy este aspecto vacío; parecería que por la izquierda está a punto de entrar un grupo de madrileños armados con navajas de dos palmos, o quizá granaderos franceses uniformados y armados).
Me voy a la cama a seguir leyendo. Aún queda mucho para el final. Enhorabuena, Arturo. De momento, merece la pena.
1 comentario:
Fernando: Ya que vives al lado, te aconsejo que te pases por Tomás y compres su libro. La segunda parte está dedicada al 2 de mayo. Es magnífico que un tabernero, nos regale algo tan hermoso. Ya sabes que solo abre de 13.30 a 15 horas, pero el lunes seguro que lo pillas.
Un abrazo. Yo he quedado ellunes allí con Barranco.
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