Aquí tenemos al joven asesino de Omaha (Nebraska, EEUU), en plena acción. No recuerdo precedentes. No recuerdo que (de matanzas anteriores en EEUU) ninguna fotografía o imagen nos haya mostrado hasta ahora el momento exacto en que se desencadena el horror. Por eso, este fotograma extraído de la cámara de seguridad del centro comercial escenario de la matanza posee un gran valor icónico: el instante en que el cazador decide cobrar pieza. Sin vuelta atrás posible. Sólo huida hacia adelante. El momento en que el joven abandonado por sus padres, de carácter depresivo, despedido del trabajo y abandonado por la novia, da rienda suelta a toda su rabia. A toda su desesperación. El momento de la venganza contra el mundo de alguien que se sentía culpable ("no quiero ser una carga para nadie", dijo) sin haber hecho nada.
(Puedes ver un video del antes y el después de la foto (cómo entra en el centro comercial con el arma camuflada y cómo sale la gente despavorida tras escuchar los dispros) en www.ketv.com/video/14802831/index.html). El vídeo corta la respiración.
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