sábado, 22 de diciembre de 2007

CONMOVEDORA PRESENCIA DE LOS AUSENTES

Anoche estuve en la inauguración del proyecto expositivo "Ausencias" en la Casa de América de Madrid. A partir de material procedente de álbumes familiares -fotos tomadas hace treinta años-, muestra diecisiete casos de ciudadanos argentinos que ponen rostro al universo de los que ya no están: trabajadores, estudiantes, obreros, profesionales, familias enteras víctimas del plan sistemático de represión ilegal y desaparición forzada de personas, instaurado por la dictadura militar argentina entre 1976 y 1983.
El fotógrafo argentino Gustavo Germano ha regresado a los mismos lugares en que fueron tomadas aquellas instantáneas para volver a hacerlas en similares condiciones. La ausencia de una o varias personas en la nueva foto llega al corazón del visitante.
El fotógrafo (que aparece en una foto de 1969 con sus tres hermanos, y en otra de 2006 sólo con dos de ellos) ha encontrado la complicidad de los familiares de los desaparecidos, que reivindican, posando ante la cámara, el espacio que debía haber sido ocupado por ellos. En ese vacío, vemos a los que ya no están. El trabajo es un diálogo constante entre antes y ahora, un imposible paralelo entre ausencia y presencia, más presencia que ausencia, como dijo el embajador Carlos Bettini.
"Los rostros de los que se quedaron, de los que no fueron desaparecidos, revelan una
enorme dignidad", me dijo Trinidad Jiménez. A Laura Demaría, directora de patrimonio de Casa de América, le impresionó la muda violencia de esa colección de gestos congelados. Junto al director de la institución, Miguel Barroso, observé con detenimiento una foto en la que se ve a un matrimonio con una niña pequeña, y su paralela, tomada años después, en la que esa niña se ha convertido en mujer pero está sola. Barroso estaba contento... no sólo por su matrimonio y por el anuncio de su pròxima paternidad, que también me comentó con sosegado sentido del humor.
Como dicen los argetinos, "imperdible".

1 comentario:

Anónimo dijo...

vi la expo en Barcelona y me impresionó, sobre todo esos huecos dramáticos que dejan los asesinados por los militares, ausencias que entristecen el alma pero invitan a recordarlos con mayor fuerza.