Ha pasado sus dos meses de descanso deshojando la margarita, pero le ha merecido la pena. Fernando Alonso ha decidido regresar a Renault, la escudería que más ha apostado por él desde siempre. Toyota, BMW, Red Bull... al final ha sido Flavio Briatore quien le ha ofrecido un proyecto a su medida. Lo que merece un bicampeón del mundo. Estaban condenados a entenderse. Se necesitaban.
Nelsinho Piquet, que debutará la próxima temporada en F-1, será su compañero. Un piloto con gran proyección, pero que, probablemente, no amargue la vida a Alonso como ha hecho Hamilton la pasada temporada. Seguro que el piloto español ha dejado el tema de la jerarquía bien atado en su contrato. Se habla de 35 millones de euros por temporada, dos años, el segundo de ellos condicionado a los resultados deportivos.
Aunque Briatore no sea santo de mi devoción, formó un tandem ganador con Alonso y, personalmente, creo que es una buena decisión. Si le ha dado todo lo que ha pedido, o casi, el piloto español trabajará a gusto, seguro.
Y no olvidemos el carácter simbólico de los colores de Renault, que tanto ha calado en la afición española.
Para mí, la incógnita es saber si el coche que conducirá en la temporada 2008 será suficientemente competitivo, en vista del rendimiento de la escudería el año pasado.
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