Leo que una joven comunicadora española, de corta trayectoria profesional pero catapultada a la popularidad temporal por sus apariciones en la pequeña pantalla, va a casarse con su novio... que también es su mánager. Cosa curiosa, ésta de tener representante, como tienen representante los jóvenes toreros, los jóvenes actores,los jóvenes futbolistas... Hace veinticinco años, los periodistas no teníamos a mano este recurso, cuando queriamos abrirnos camino en la vida. Nuestro argumento era trabajar, trabajar mucho.
Hoy día, muchos jóvenes, cegados por las ventajas de pertenecer a la casta privilegiada del star-system, prefieren saltar los escalones intermedios -o sea, trabajar mucho, conocer la miel y la hiel, ir de abajo a arriba-. Unos montan su productora, otros se buscan un mánager... si es el novio, mejor, todo queda en casa. A fin de cuentas, nada nuevo. Ya sé que estamos en 2009, que no queda nada del romanticismo de antaño, que muchos jóvenes son, sobre todo, prácticos... pero no deja de sorprenderme.
Tengo clara, al menos, una cosa: la joven comunicadora quizá triunfe en el show-business de la televisión (de momento "pincha" en audiencia, yo le deseo lo mejor) pero retomar el sendero del periodismo será una ardua tareaen el futuro. Con y sin representante.
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