He participado hoy en la concentración convocada por la Asociación de la Prensa de Madrid para reivindicar la dignidad de la profesión periodística frente al alarmante deterioro de las condiciones de trabajo en los medios españoles.
Menos empleo, y peor empleo. Así están las cosas. Las empresas de comunicación tienen menos ingresos, y por tanto menos beneficios, y los periodistas pagan el pato. Consecuencias inmediatas: expulsión de profesionales al paro. Muchos de los que trabajan, lo hacen en situaciones precarias. Los que viven bien no levantan la voz, o piensan que nunca les va a tocar. El deterioro de la calidad del periodismo perjudica a la sociedad e influye negativamente en nuestro futuro. Debemos defender la calidad profesional y el mantenimiento del empleo frente a los ajustes drásticos y el despilfarro de capital humano al que estamos asistiendo. "Debemos acabar con la reserva, la pasividad y el miedo", ha dicho Fernando González Urbaneja.
El presidente de la APM ha apelado a las empresas para que protejan el empleo y el talento profesional; ha apelado a los Gobiernos, para que detengan la competencia desleal y defiendan la igualdad de oportunidades; a los anunciantes, para que sigan confiando en los medios, porque su supervivencia significa la supervivencia del espíritu crítico, la responsabilidad social y el pluralismo;una llamada de atención, en fin, necesaria en estos momentos tan difíciles.
He compartido un rato con excelentes profesionales y amigos: María José Manteiga, Pilar Ruipérez, Sonia Sánchez, José Antonio Ponseti, José Luis Poblador, Chelo Ortega, Corina Miranda, Pedro Blasco, Manuel Hernández de León, y otr@os much@s compañer@s. Ausencias significativas: las de los periodistas que cuentan las noticias en los principales informativos de televisión y radio. Los que "dan la cara" o "ponen la voz", los que se llevan los premios y no pasan inadvertidos cuando van a un restaurante. Tan admirados por su público como ausentes en los momentos importantes. Salvo Mamen Mendizábal y Ramón Arangüena, pocas "caras conocidas"...
La curiosidad por el mundo no se prejubila. Pero somos una raza en peligro de extinción. Debemos luchar por nuestra supervivencia. El periodismo es una profesión tan idealizada como denostada, pero la sociedad no puede vivir sin medios de comunicación. Periodismo es pasión, vocación, se vive "hasta el último suspiro", como ha señalado Magis Iglesias, presidenta de la FAPE. El periodismo no se ejerce, se siente, se vive.
4 comentarios:
Gracias en nombre de la profesión.
Marcelo
Que razon tienes Fernando!. Mira la situacion que está viviendo Telecinco, y salvo Sonia, ¿Cuanta gente de la cadena estaba??
Nadie. Y menos de rostro conocido.
¿Y el Presidente de la APM no dijo nada en su discurso sobre un código ético para periodistas? ¡Ah! Se me olvidaba ese código es solo para los que no son de vuestro ramo.
Pues sí, habló de la necesidad de manteneer la deontologìa profesional en estos momentos en que la manipulación y los juegos de intereses se ciernen peligrosamente sobre el periodista.
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