Si sigues con una cierta periodicidad este blog, ya puedes imaginar cuál es mi opinión respecto al circo mediático que se ha montado en las últimas horas con el esclarecimiento -aún no total- de la desaparición -y probable muerte- de Marta del Castillo. La Fiscalía de Sevilla dice que abrirá diligencias por el tratamiento dado por los medios a los menores relacionados con el caso (se refiere a las fotos difundidas, ya sabes, eso de que no se vea la cara de los menores aunque antes se habían difundido los nombres completos sin ningún pudor), sin focalizar sus esfuerzos, por ejemplo, en el programa "Rojo y negro", de Telecinco, que anoche tuvo en directo a la novia del presunto autor del crimen (menor de edad) explicando extensamente todo lo que sabía del asunto. Tengo para mí que la fiscal de Sevilla se ha curado en salud. Cuando llegue el momento, no hará nada. ¿Qué podría hacer, de todas formas? "Business is business" ("Rojo y negro", 1.833.000 espectadores, 28.3% de cuota). En fin, lo dejaré para mi conferencia del miércoles en Castellón.
Esta noche sí quiero rescatar, al menos, la opinión editorial de Iñaki Gabilondo -al comienzo de su informativo en Cuatro- sobre otra cuestión que ha ocupado minutos y espacio en los medios: la coincidencia de noticias sobre llegada de inmigrantes a Canarias y persecución de inmigrantes en Madrid (puedes verla en www.cuatro.com:
"Pasa muchas veces y hoy ha vuelto a ocurrir. La actualidad nos trae noticia palpitante, en carne viva, de asuntos sobre los que estábamos tratando con frialdad burocrática. Pasa mucho. A menos de veinte metros de la costa de Lanzarote volcaba una patera, y dejaba en nuestro litoral veintiún cadáveres, catorce de ellos menores de edad. Cuando esto ocurría estábamos conociendo la nota de una comisaría de Madrid, que fijaba como objetivo para sus policías la detención de un cupo mínimo de inmigrantes sin papeles; a bulto, carne a peso. Rubalcaba explicaba luego que debió haber un malentendido en la interpretación de las órdenes, pero la doble escena -Lanzarote y los arrestos a tanto la pieza- constituye un todo indigerible, vomitivo mas bien, para estómagos con alguna sensibilidad humana o democrática. Ahora bien, siendo sinceros, ¿cuánto de sensibilidad humana o democrática le queda a nuestro estómago individual y social?. Seguramente muy poco. Los cayucos abarrotados de famélicos explotados ya no nos dan ni frío ni calor. Son imágenes de rutina. Y los inmigrantes nos parecen seres humanos solamente en época de prosperidad. Si acaso, en tiempos de crisis son sombras amenazantes, a las que quisiéramos ver evaporarse, con sus familias incluidas, allá por donde vinieron. Si el Ministerio ha dado esa orden, o una parecida, si los policías la cumplen, y patrullan nuestras calles para cazar a lazo inmigrantes (tantos al día, tantos a la semana, tantos al mes), como se recogen los cubos de basura, tendremos que aceptar dos verdades durísimas. Primera: que eso es repugnante, indigno de una sociedad civilizada, y dos: que eso es lo que quiere un altísimo porcentaje de la población. En materia de inmigración, hace mucho que el llamado mundo civilizado ha interiorizado un discurso utilitarista, ajeno a los derechos humanos, menos diferente de lo que creemos del viejo pensamiento esclavista. Dicho esto ya podemos preparar nuestras mejores lágrimas de cocodrilo. Nos vamos a Lanzarote."
2 comentarios:
viva la libertad de expresion olmeda a ver si sabes lo que es eso.
Cada vez me estoy haciendo mas de izquierdas, ya no creo en que las ideas son "buenas o malas" en si mismas sino en función de quíen las dice. Esto es la gran perversión de la sociedad española actual. Cuando era pequeño y aún en tiempos del Generalísimo (pura proviocación) se decia el dicho:
¿quién ha roto el cristal de la escuela? preguntaba el maestro.
-el hijo del alcalde respondía alguien.
Bien roto esta concluía el maestro.
A mi con Gabilondo me pasa exactamente esto. Es tan sectario y manipulador que aunque escriba cosas sensatas, bonitas.....
lo siento, me estoy volviendo rojo.
kaiu
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