Los birmanos duermen a esta hora. Ha terminado un día de gran tensión en Yangon, la capital, donde han proseguido las protestas contra la Junta militar que mantiene secuestrada la democracia desde hace diecisiete años. Ya ha habido muertos como consecuencia de la intervención de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes -muchos de ellos monjes- que desde hace días se atreven a cuestionar el al régimen y a reivindicar sus derechos, aun a riesgo de perder la vida.
Parece que ahora sí, la comunidad internacional va a tomar cartas en el asunto. La movilización ya se articula a varios niveles: Bush "anuncia sanciones", Europa "aumenta la presión" sobre la junta militar, relevantes mujeres europeas firman una carta de solidaridad con el pueblo birmano en la que reclaman la intervención de la ONU y la UE para garantizar el respeto a los derechos humanos en el país... Veremos. Pero, desde luego, debe llegar la hora de la justicia, la democracia y la solidaridad internacional para el machacado pueblo birmano.
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