Momentos de un viaje como jurado del Premio Logroño de Novela. Cenar con Javier Reverte (presidente del jurado), Berna González Harbour, Ángel Basanta, Montero Glez y Miguel Ángel Matellanes, y hablar de literatura y periodismo, de China, de Torrente Ballester, de Podemos, de Cervantes, de Cádiz, de Svetlana Alexievich, de Ciudadanos, de Truman Capote... y elegir una obra ganadora que -al abrir la plica- resulta ser de Manuel Rico, amigo y colega en Nueva Tribuna.
Hablar de periodismo y literatura a cien alumnos de secundaria del Instituto Sagasta. Coincidir en Onda Cero con mi querido Màxim Huerta.
Comer alcachofas, beber vino y seguir hablando de periodismo (Berna, Javier y yo) con colegas riojanos. Asistir a la recepción oficial en la que se hace público el fallo (además de Manuel Rico, Tania Padilla, premio al autora o autora menor de 35 años).
Seguir hablando de literatura y política tomando vinos en la calle Laurel (Basanta y Montero hablan mucho, saben mucho, han vivido mucho, y yo escucho y aprendo).
Despedirnos bajo la neblina logroñesa confiando en un próximo reencuentro... Pensar lo afortunado que soy.
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